Los dos tipos de vidrios más demandados en la construcción son el vidrio templado y el vidrio laminado. Ambos son muy resistentes, pero dependiendo del uso final uno será más recomendable que otro. A simple vista ambos pueden parecer lo mismo, de eso no cabe duda, pero nada más lejos de la realidad. Veamos por qué, en este caso, las apariencias engañan. 

Por ejemplo, sus cualidades en cuanto a resistencia a altas temperaturas, difieren. El vidrio templado tiene mayor resistencia a cualquier proceso de calentamiento, no se derrite ni rompe, aunque se aplique directamente una llama. El vidrio laminado aunque puede soportar calor, no es resistente al fuego ni a los choques térmicos. 

Si nos referimos a la capacidad de ambos en cuanto a filtración de luz y rayos UV, el vidrio laminado es perfecto para ventanas y techos de vidrio, porque su material ofrece una importante protección frente a los rayos UV, absorbiendo casi el 100% de ellos. El laminado, en cambio, carece de protección solar, aunque sea más resistente al calor directo. 

Otra de las diferencias destacadas entre el vidrio templado y el vidrio laminado es la manera en que ambos se rompen. El vidrio templado está fabricado para mayor resistencia mecánica térmica, pero un fuerte impacto puede romper la pieza de vidrio en trozos pequeños redondeados (que reducen su peligrosidad). 

El vidrio laminado tiene una alta capacidad de resistencia a los golpes, pero éste, al contrario que el vidrio templado, conservará cada uno de los trozos unidos tras un impacto, gracias a la lámina de plástico, sin representar riesgos de cortes. 

Además de la forma en la que ambos se rompen o a sus capacidades, estos tipos de vidrios tienen otras disparidades. La principal diferencia entre el vidrio laminado y el vidrio templado radica en el modo de fabricación. Veamos a continuación en qué consiste. 

Proceso de fabricación de los vidrios laminados y templados

El vidrio templado se fabrica mediante un proceso inicial de manufactura del vidrio base monolítico a la medida deseada. Posteriormente será sometido a un tratamiento térmico especial, conocido como “templado”. Tras calentarlo a más de 600º éste quedará plastificado, para más tarde ser enfriado bruscamente con aire, consiguiendo una resistencia estructural más fuerte. 

El vidrio laminado, en cambio, se compone de dos o más hojas de vidrio monolítico unidas entre sí por una o varias láminas de PVB (Butiral de Polivinilo). Aunque en ocasiones puede ser de otros materiales como resina, policarbonatos, EVA, etc. 

Diferentes usos del vidrio templado y laminado 

El vidrio templado se recomienda preferiblemente en: 

  • Vitrinas. 
  • Puertas correderas y abatibles. 
  • Mamparas de ducha. 
  • División de ambientes. 

El vidrio laminado es recomendable para: 

  • Acuarios. 
  • Escalones y superficies pisables. 
  • Fachadas acristaladas de edificios.

Sedatec, expertos del sector del vidrio 

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